¿Platos fríos o calientes?

El mundo culinario ofrece una cantidad innumerable de alimentos y recetas, destinadas a sacarles el máximo partido, tanto en propiedades como en sabor y textura. En consecuencia, no sólo hay una única temperatura a la que se pueden hacer, pero, ¿alguna vez te has parado a pensar en cuál es la que se adecúa más a tu organismo? ¿Platos fríos o calientes? ¿Qué es mejor? Desde Saber Comer te responderemos a estas preguntas.

Vela por tu digestión

No son pocos los artículos y estudios que se han realizado en torno a la pregunta de cuál es la temperatura que mejor le sienta a nuestro cuerpo. Por ahora, la hipótesis más generalizada, es que los alimentos calientes ayudan a nuestro estómago para facilitar la digestión, pero, ¿sabías que comer los alimentos en frío (los que lo permitan, claro), también pueden resultar beneficiosos? Eso sí, al haber cambiado nuestro ritmo de vida, es normal que no siempre podamos decantarnos por la mejor opción en cada momento, pero, cuando nos encontramos en meses en los que las temperaturas suben considerablemente, nuestro cuerpo agradece lo fresco y, sobre todo, lo ligero.

¿Cuándo es mejor comer caliente?

Ese cambio en nuestro modo de vida ha tenido considerables repercusiones en nuestros hábitos alimentarios. Ahora, solemos buscar platos sencillos y, sobre todo, rápidos, que nos permitan seguir haciendo lo que tengamos que hacer sin perder demasiado tiempo. Por eso, los platos calientes, en muchos casos, han quedado reservados a los días libres, como los fines de semana, ya que, además de ser más laboriosos, muchos de ellos son pesados y nos hacen necesitar un mayor reposo. Sin embargo, es la comida caliente, precisamente, la que más ayuda a nuestra digestión, ya que, al ser más lenta, nos permite asimilar más (y mejor) los nutrientes.

Las calorías no son las mismas

No es ninguna sorpresa que, en función de la temperatura y el tiempo a los que cocinamos los alimentos nuestro cuerpo asuma también una cantidad diferente de calorías. Evidentemente, si freímos los alimentos, estos se van a impregnar de aceite y su aporte calórico se va a multiplicar. Pero, si utilizamos técnicas de cocción sanas como son el vapor, hervidos, salteados o a la plancha, tendremos controladas las calorías de más que añadimos al producto inicial.

¡Ojo! El tiempo de cocción también tiene influencia en la cantidad de propiedades que nos ofrece el alimento. Un tiempo excesivo puede suponer cierta pérdida de estos.

¿Platos Fríos o calientes? ¿Cuál de estas dos opciones prefieres? Desde Saber Comer, no tenemos nada en contra de ninguna, pero sí te recomendamos que tengas presente las exigencias que ofrece cada alimento. Cada opción puede tener su encanto si sabemos aplicarla. Y, sobre todo, ¡no olvides mantener una dieta equilibrada y variada!

¡Juega con la temperatura!

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